17.6.09

(sin cortinas)

Ayer me enamoré de Daniela Qaramela. Su esencia es como el resultado de una buena mezcla entre los personajes de Natalie Portman y Helena Bonham-Carter. Tiene un espacio con grandes ventanas que la mostraban tanto monocromática como technicolor, sin confrontación. Su ropa oscura y sólo la oscura como su cabellera, expulsa notas musicales sin interrupción de silencios. Es capricornio. Alguien me dijo una vez que los capricornio eran ordenadas pasiones cabalgando sobre el césped, típicos famas de Cortázar: Bailan inmediatos, generosos, limpios, cautelosos. Llegué a ella por mi ya antiguo y descarado voyeurismo. Es adicta a la fantasía, descubrí. Quise presentarme y decirle lo mucho que me gustaba a pesar de que en sus escritos faltaran los acentos que sobraban en los míos pero no, hoy se quebró mi reloj de arena, yo soy adicta a la realidad, desordenada y tibia...

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