Deliberadamente sometidos al tiempo, crecemos, vivimos.
Nació durante el noveno mes en una atmósfera infernal y legendaria, un lugar perteneciente al ombligo de la luna. Y como siempre un primer aliento llamó a la muerte. Cuando abrió los ojos la tierra se estremeció, inevitablemente, todo su alrededor tembló. Era el año de mil novecientos ochenta y cinco. Hoy vive viajando ( malviajando ...)
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