Uno permanece para el ausente. Es la introducción a una conocida trilogía de espera atemporal. La promesa del inmortal, claro...
La edificación que satisfizo su ideal está sobre la arena. Todos los días se llaman domingo y el cielo, con sus nubes, es testigo de cómo regresan las piedras al mar. Ausencia, presencia, permanencia y pertenencia pseudo-involuntarias. Aprendizaje visceral.
La edificación que satisfizo su ideal está sobre la arena. Todos los días se llaman domingo y el cielo, con sus nubes, es testigo de cómo regresan las piedras al mar. Ausencia, presencia, permanencia y pertenencia pseudo-involuntarias. Aprendizaje visceral.
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