18.6.09


"Dite al corvo che va tutto bene"

17.6.09

(sin cortinas)

Ayer me enamoré de Daniela Qaramela. Su esencia es como el resultado de una buena mezcla entre los personajes de Natalie Portman y Helena Bonham-Carter. Tiene un espacio con grandes ventanas que la mostraban tanto monocromática como technicolor, sin confrontación. Su ropa oscura y sólo la oscura como su cabellera, expulsa notas musicales sin interrupción de silencios. Es capricornio. Alguien me dijo una vez que los capricornio eran ordenadas pasiones cabalgando sobre el césped, típicos famas de Cortázar: Bailan inmediatos, generosos, limpios, cautelosos. Llegué a ella por mi ya antiguo y descarado voyeurismo. Es adicta a la fantasía, descubrí. Quise presentarme y decirle lo mucho que me gustaba a pesar de que en sus escritos faltaran los acentos que sobraban en los míos pero no, hoy se quebró mi reloj de arena, yo soy adicta a la realidad, desordenada y tibia...

15.6.09

Memoria

Puede que el olvido sea tan sólo una fantasía...












Este 15.06, mitad de calendario, cumpleaños de mi pseudo hermana y otra celebración contemporánea más importante en mi calendario, abrió con una discusión en torno al sentido pragmático que en mí no radica para disfrutar o no los vómitos de fear & loathing in Las Vegas, sus diálogos, su soundtrack o su discurso final. Tienes razón, no puedo discutir. 15.06 en realidad abrió con recuerdos y con sueños, aquellos que se han escapado del diario con pasta dura color mariposa que me regalaste. Sueños que no preceden un Good night, i love you, i love you too, como en la película de esa noche con el mismo actor de The Hitchhiker's Guide to the Galaxy. Me sentí como la chica rosa en The burden of her memories de Ray Caesar. Nada me ha abandonado, todo sigue aquí, en mí.

5.6.09


" Nubes, nubes de sal y de hastío.
Dudas, pago por ver lo que he perdido..."


No sé qué justificaba su esfuerzo al subir el puente con un parche sobre el ojo izquierdo y dos enormes bolsas negras que balanceaban sus delgados y arrugados brazos, como un elefante balancea al caminar su peso entre las patas. La imagen se archivó en mi memoria como experiencia análoga a los llantos de los últimos dos años de mi vida: esfuerzos que tampoco sé qué justificaba. Sin orden cronológico vinieron múltiples escenas a mi mente. Me vi en aquel baño rechazando la invitación del chico de mi logrado hechizo para una puesta en escena un viernes por la noche, me vi caminando, atravesando la frontera con diez kilos de Warhol sobre los brazos para un 18.06, me vi también subiendo una montaña con lluvia sobre mi cabeza para un beso entre objetos indisolubles, me vi sentada por días, absorbiendo 304 megabytes, ajenos, en doloroso crecimiento, me vi soñando lo que sucedió ayer, me vi escuchando tango en el taxi, me vi prohibiendo la entrada a una casa de campaña y deseando otro campamento, me vi odiando a los activistas y a la televisión, me vi temblando de miedo... "Every fear hides a wish" dijo Edmond y yo le creí. Se acerca mi recuento anual y, sí, escondo un deseo en el miedo. El regreso no existe, no hay regresos. Nadie regresa de lo que ya ha sido su destino, el retorno no es más que eterna permanencia, avísenle a Friedrich.
Realmente pago por ver...