9.1.08

Vórtices

A él no. No hagas de su nombre un laberinto. No lo captures en eternidades, no lo atrapes en tus capicúas. No lo encandiles con tus arcoiris, no lo aturdas con tus sirenas. No lo conviertas en deseo que susurras a los guatemaltecos encostalados bajo tu almohada. No lo embriagues con falsos aromas, no le dibujes vehículos, no le inventes planetas, no le escondas las puertas, a él no...
Él hace irrelevantes pasado y futuro. Él te da quince, él te da sur, miel, nieve, fuego, sal, tormenta, paz, ceniza, humo y vendaval. Magia... Él es la magia, tu magia y la razón de los vórtices en el asfalto cuando llueve camino a la montaña.